Descripción
La niacinamida (vitamina B3) está indicada para reducir el aspecto enrojecido y congestionado de la piel
La concentración elevada del 10 % de esta vitamina se soporta en la fórmula con sal de zinc del ácido pirrolidona-carboxílico (Na-PCA) para equilibrar los aspectos visibles de la actividad del sebo.
Aplica una pequeña cantidad (el tamaño de un guisante ya es suficiente) sobre el rostro limpio.
Úsalo en tu rutina de la mañana y de la noche antes de tus tratamientos en aceite e hidratantes.
- La Niacinamida, entre sus múltiples maravillas, reduce los poros dilatados, elimina las marcas del acné, previene nuevos brotes e iguala el tono de la piel.
- Y el Zinc,(este maravilloso mineral de los dioses), es súper importante por su poder antioxidante, porque regula las glándulas sebáceas y porque ayuda a cicatrizar el tejido.
- Niacinamide 10% Zinc 1% es entonces el sueño hecho realidad de las pieles acneicas y grasas, porque The Ordinary ha escuchado vuestras plegarias y ha creado esta bomba nuclear antiacné con la que conseguirás (¡por fin!) mejorar visiblemente el aspecto de tu piel, reparándola y suavizándola.
Ingredientes
Niacinamida: Este revolucionario activo es una forma en la que se presenta la vitamina B3, que se encuentra presente en numerosos alimentos como el pescado o los huevos. Desde hace unos años, se ha convertido en todo un MUST en la cosmética coreana debido a sus múltiples beneficios para la piel, como:
- La reducción del acné y los poros dilatados, así como de pequeñas arrugas, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
- La renovación de la capa externa de la piel, generando una gran luminosidad.
- La prevención y eliminación de manchas y rojeces, igualando el tono y reduciendo la hiperpigmentación.
- El mantenimiento de la hidratación en la piel, ya que reduce la pérdida transepidérmica de agua.
Zinc: Es un mineral indispensable para nuestro organismo, ya que es como el “ mecánico 24h” de la piel puesto que su función principal es la de reparar los tejidos dañados y curar heridas. De ahí su importancia para combatir el acné, ya que cicatriza los tejidos dañados por éste, así como los alivia y desinflama. Además, ayuda a regular la producción de sebo, reduciendo el exceso.
